domingo, 28 de diciembre de 2008

Él


Se encontraba sola en su habitación. Tenía las manos congeladas. Hacía mucho frío. Aunque tenían calefacción, su casa era bastante fría. Tan sólo se escuchaba la melodía lenta que tenía puesta en su casette. Lo demás era todo silencio. Su mente estaba totalmente en blanco, no estaba pensando en nada en especial. Cada vez tenía más frío, asi que cogió su bata rosa de siempre para resguardarse del él. La canción se había terminado y quedó todo en total silencio. Volvió a ponerla. Le encantaba escucharla una y otra vez. Le relajaba su dulce melodía. De repente escuchó como se abría la puerta de su casa. Asustada preguntó "-¿Mamá?". Nadie contestaba. La puerta de su habitación se abrió muy lentamente. Cuando por fin se había abierto, lo vió. Era él. Con su estúpida cara y su sonrisa picarona. Inevitablemente, sonrió al verlo. Él se fue acercando hacia ella. Comenzó por acariciarle la cara suavemente. La besó. Dejaron atrás la verguenza y empezaron a desnudarse. La pasión cada vez se hacía mas intensa. La empujó suavemente hacia la cama. Le acarició el pelo, la cara, cada centímetro de su pequeño cuerpo. Ella, agarrada de su pelo casi negro, recorría con sus manos su espalda, besaba su pecho, acariciaba sus brazos, explotaba de placer. Rápidamente, el ambiente de la habitación, se cargó de lujuria, de pasión. Y sus cuerpos se convirtieron en uno sólo.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Recuerdos


Creo recordar aquella sensación. Miento. La recuerdo perfectamente como si fuera ayer. Recuerdo como conseguías sacarme siempre una sonrisa con sólo verte a través de una pantalla. Recuerdo lo nerviosa y temblorosa que estaba cada vez que escuchaba tu voz por el teléfono. Recuerdo los días hasta las tantas de la mañana, muriéndome de sueño. Pero aguantaba. Recuerdo las miles y miles de carcajadas. Recuerdo los relatos, las poesías. Recuerdo tus palabras cariñosas hacia mi. Recuerdo tantas cosas... Sin embargo también me acuerdo de los llantos. De las noches en vela. De tus desplantes. De tus arrebatos. De tu orgullo. De tu rencor. Ahora lo único que quiero es poder olvidarme de todo. Y si, creo que lo estoy haciendo muy bien. Casi puedo decir que lo he conseguido. Espero que el tiempo lo cure todo, o casi todo.

sábado, 20 de diciembre de 2008

rencor

Eran las 4 a.m. Se levantó silenciosamente hacia la cocina para mirar la hora y beber un vaso de leche. De nuevo se había levantado en medio de la noche. Muchas veces le pasaba. Incluso llegaba a ser sonámbula. Cuando volvió a la habitación, se acostó y se dispuso a dormir. Pero era incapaz. Pensamientos y más pensamientos le venían a su cabeza. Despues de un rato, se acabó quedando dormida. A la hora más tarde, se volvió a despertar. Pero esta vez había alguien más en su habitación. Lo presentía. Asustada, encedió la luz y en la habitación no había absolutamente nadie. Volvió a apagarla. Sintió que alguien se metía en su cama. Sabía que era él, pero no podía ser, tenían que ser cosas suyas. Estaba muy asustada. Volvió a encender la luz y otra vez, no había nadie. Empezó a llorar desconsoladamente. Alguien con su mano, secó sus lágrimas, le dio un beso en la mejilla y de su boca, salieron esas dos palabras que ella tanto había querido escuchar anteriormente, te quiero. Salió de la cama y empezó a gritar TE ODIO, LÁRGATE y a tirar cosas que tenía encima de su escritorio. Su madre, asustada se despertó con los chillidos y fue a su habitación. La despertó. Todo era un sueño. Un sueño que había tenido muchas veces. Pero esta vez, no se dejaba llevar por sus besos ni por sus palabras hipócritas. Esta vez, sentía un gran rencor hacia él. Un rencor que nunca había tenido con nadie. Y aunque el rencor no es demasiado bueno, sabía que era lo mejor que le podía haber pasado. Ya no quería sufrir más.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Vive


Quizás deberías replantear tu vida. Mirarla desde arriba y ver como está. Ahora que estás allí arriba, ¿la ves bien? Perfecto. Empieza a fijarte por lo realmente importante. Esas personas que te atraen la felicidad. ¿Te gusta lo que ves? Vale. Ahora fíjate en él. ¿Qué ves? ¿FELICIDAD? ¿Puedes llegar a ver felicidad en él? Lo dudo mucho señorita. Baja de nuevo. Ahora, vuelvete a fijar en él. ¿Sigues viendo felicidad? ¿Una poca? No debes de ver nada. Él solo te traerá dolor y sufrimiento. Vive la vida con tu gente, con esas personas que te apoyan y te quieren. Y vívela, sin pensar en el pasado ni en el futuro. Y si es verdad que esa persona te atrae felicidad, espera. Espera a que lo demuestre. Mientras tanto, vive cada día como si fuese el último.

martes, 16 de diciembre de 2008

como un juego divertido;


Quizás las cosas pasan porque tienen que pasar, o al menos eso dicen los filósofos. Ella se sentía sin fuerzas. El ambiente estaba cargado de soledad y de pena. Pero le gustaba lo que estaba haciendo. No le importaba nada lo que tuviera que sufrir. Lo tenía que hacer y punto. Le daba igual que el remedio fuese peor que la enfermedad. Porque lo quería conseguir. No le importaba el precio. Iba a quitárselo de su cabeza. Y mientras lo hacía, tenía sus ratos divertidos. Porque aunque le quería, tenía su personalidad un tanto cruel y le gustaba verle sufrir. Le encantaba. En realidad lo que estaba haciendo era MUY divertido. Quería verlo sufrir tanto, o incluso más de lo que ella había sufrido. No se iba a rendir. Lo conseguiría; aunque fuese lo último que hiciera en esta vida.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Hace frío.


Cuando llega el invierno, el frío se apodera de mi cuerpo y llega hasta lo más hondo de mí. Noto como transpasa la piel y me agarra por dentro. Sin embargo, esta sensación me gusta. Me gusta ese frío que te hace estremecer, el mismo frío que te obliga a ponerte ropa y más ropa. Cuando necesites desahogarte y sentirte bien, sólo tienes que salir a la calle con tu mp3 y caminar entre el frío. Sin parar, hasta que llegues a un sitio muy lejano, donde puedas pensar sobre ti misma. Que es lo que haces bien y lo que haces mal. Porque si lo haces sin pensar, quizás las cosas te salgan mal. Aunque pensándolo bien... el frío es malo. Te hace sentir sola, a no ser que alguien te abrace para darte un poco de calorcito. Cuando hace frío, la gente está triste, llora. Quizás tenga que pensármelo mejor.

viernes, 12 de diciembre de 2008

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Lo siento, pero no es justo que TÚ seas distinto a los demás. Seré contigo como lo soy con el resto de la gente, sin distinciones. Unos días estaré de buen humor y otros, sin embargo, tendrás que aguantarme como yo lo he hecho contigo muchas veces. Y no te equivoques, porque para orgullosa y rencorosa no me gana NADIE. También quiero que sepas, que no formas esa parte de mi vida importante que formabas antes. Que me limitaré a tenerte aprecio y punto. Y piensa que si intentas picarme, yo te picaré más. Así es la vida, con grandes cambios. Me supongo que nunca te habías imaginado esta situación, pero por mucho que te quiera, voy a cambiar. En el fondo, sé que esto será un alivio, tanto para ti como para mi. Y sin más que decir, me despido de ti. Buenas noches y que te jodan.

domingo, 7 de diciembre de 2008

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Su madre entró en su habitación. Mientras le decía "¡DESPIERTA!" levantó la persiana y comenzó a entrar la luz del día. Ella tenía siempre muy mal despertar, pero ése día era especial, no iba a levantarse de mal humor, ese día NO. Fue al baño y despues desayunó su tazón de cereales de chocolate que tanto le gustaba. Tras marcharse su madre al trabajo, se duchó. Habían quedado alas 12. Eran las 11:30 y ella todavía estaba escogiendo la ropa que se iba a poner. Se preparó y se maquilló. Salió de casa y, como siempre, llegó al lugar donde habían quedado 10 minutos tarde. Él estaba allí, en un banco de un parquecito de las afueras, para que nadie los viese. Estaba demasiado nerviosa, no sabía como actuar, qué decir. Pero se fue acercando poco a poco a ese banco. Cuando la vio, corrió hacia ella y la abrazó. La abrazó fuerte, muy fuerte. En ese momento era la mujer mas feliz del mundo. Se sentía como en una nube. Temblaba tanto o más como cuando oía su voz por teléfono. Pero su nerviosismo acabó cuando él le dio un beso. Tras esto, pasaron el día juntos caminando por las calles más escondidas de la ciudad. Su sueño se había cumplido. Ya no pedía nada más.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Caminar.


Empezaba a oscurecer. Hacía mucho frío. Ella caminaba despacio, sin ganas, con su mp3 funcionando. A ella le encanta caminar por la calle con su aparato de música mientras cae lentamente la lluvia sobre piel. Para ella la lluvia no es tan desagradable como piensa otra gente, la lluvia le recuerda a él. Cuando llueve, inmediatamente piensa en él, no sabe muy bien por qué, quizás sea un acto reflejo. Veía a la gente pasar, veía caras felices. Eso le hacía sentirse más sola; aunque en realidad no lo estaba, ella lo creía así. A veces, pensaba que la vida le empezaba a sonreir, pero tan solo tenía que pasar un momento, para que él se volviera a meter en su cabeza. Era una persona aparentemente fría y dura, pero en realidad era la persona mas débil del mundo. LLegó a su casa empapada de lluvia, de ésa lluvia que le recordaba tanto a él. Tras una larga discusión con su madre, decidió meterse en su cuarto y llorar. LLorar como nunca lo había hecho, hasta que se secaran cada una de sus lágrimas.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Era ella..


Era una persona como todas las demás, sufría su soledad en silencio, intentaba justificar todo lo que hacía, fingía ser fuerte cuando se sentía muy débil, fingía ser débil cuando se sentía fuerte.

Allí estaba él.



Cuando ella llegó al aeropuerto y desembarcó no se lo podía creer, se sentía rara, por fin iba a cumplir el sueño de su vida. Se paró en medio de la salida y miro hacia todos los lados esperando ver una cara que se le hiciese conocida, esa cara que deseara tener tantas veces delante, esa cara con la que soñara tantas noches, esperaba, simplemente, SU cara. Cada minuto que pasaba se le hacía eterno.. Su barriga no paraba de quejarse, sus manos ,que sostenían una pequeña maleta, estaban sudorosas, su corazón latía agitadamente. La gente pasaba rápidamente a su lado, gritando y corriendo de un lugar a otro pero ella estaba allí, inmóvil, esperando por fin ese encuentro tan maravilloso. Al fondo de aquella sala ,junto a una columna donde había un cartel con los próximos vuelos, apareció un hombre con una camiseta azul oscura, unos pantalones vaqueros más bien holgados, unas deportivas y una sudadera en la mano, tan alto ,o incluso más, de cómo se lo había imaginado. Desde el momento en que desvió la mirada hacia ese hombre, sabía perfectamente que se trataba de él. No sé como ni el porque, pero lo reconoció a algunos metros de distancia, quizá fuera por las miles de veces que se parara a mirar sus fotos horas y horas, o por ver sus videos una y otra vez. Poco a poco se iba acercando, él también la buscaba mirando por encima de toda la gente, esquivando las maletas y a las personas que tiraban de ellas. Subió la mirada y la vio a lo lejos, en su cara se dibujó una sonrisa nerviosa y atrevida a la vez, ella que no le quitaba ojo.. De repente notó su cara caliente y se puso toda colorada. Él paro en seco y se quedo mirando para ella, los dos sonrieron alegres y nerviosos, quizá ella más que él. La gente seguía pasando entre ellos, pero a ninguno parecía importarle ni lo más mínimo, ahora lo único que importaba era que por fin estaban uno frente al otro. Las miradas cada vez se iban haciendo más intensas, ella empezó a sudar ..estaba muy nerviosa, de repente tiró la maleta al suelo y echo a correr hacia él. Cuando llegó a su lado, él le miro a los ojos con una profunda mirada y le abrazó muy fuerte, tan fuerte que notaba como su corazón latía intensamente, ella le rodeó la cintura con sus brazos y él la pegó a su pecho. Por fin estaban juntos, después de tanto tiempo esperando este gran momento, el momento en que se pudieran ver cara a cara, el momento en que se pudieran abrazar, el momento en que se pudieran sentir cerca uno del otro, ese momento había llegado. Mientras él la rodeaba con sus fuertes brazos, ella cerró los ojos y sintió en su estómago un gran cosquilleo, pensó en todos aquellos momentos en los que daría todo por estar a su lado, por todos y cada uno de los días que pasaron desde que habló con él la primera vez. Ella soltó un hondo y fuerte suspiro, él la volvió a mirar a los ojos y le acarició despacio el pelo, luego le acarició sus mejillas coloradas, pero sin dejar de mirar sus verdes ojos ni un solo instante. Cuando sus ojos no dejaban de mirarla, ella bajo su mirada hacia el suelo, él le subió lentamente la cara agarrándola por el mentón y echó una leve carcajada. Poco a poco se fueron acercando, ella sentía su corazón a mil y su estómago no paraba de dar vueltas y más vueltas, sus cálidos alientos se iban cruzando y por fin sus labios se tocaron. Ese fue su primer beso, un beso que jamás olvidaría, un beso muy distinto a todos los anteriores, un beso que pensaba que nunca llegaría, un beso que esperaba durante años, un beso que empezó siendo tímido y que acabó siendo apasionado. Sin saberlo, de sus relucientes ojos llenos de alegría resbaló una pequeña lágrima, que sin duda era de felicidad aunque posiblemente también de nostalgia.


Me gusta el olor a lluvia, porque es como si estuvieras aquí, aunque en realidad no estas. Me gusta, porque me recuerda a ti.Tiene tu perfume, o al menos el perfume que me imagino que tienes. Y entonces cuando llueve, me gusta salir a la calle y empaparme de ti. El olor a lluvia me gusta, y tal vez porque hace que sienta que te tengo al lado, o por lo menos bastante mas cerca. El olor a lluvia me recuerda a ti. Entonces, cuando llueve y estoy sola, pienso en donde estarás, que estarás haciendo. Y me imagino, que el olor a lluvia te va a hacer pensar en mi. Porque yo también tenía olor a lluvia en tus recuerdos. Y entonces me gusta cuando llueve. Porque creo que es el momento, en que tu y yo nos encontramos.