domingo, 7 de diciembre de 2008

;


Su madre entró en su habitación. Mientras le decía "¡DESPIERTA!" levantó la persiana y comenzó a entrar la luz del día. Ella tenía siempre muy mal despertar, pero ése día era especial, no iba a levantarse de mal humor, ese día NO. Fue al baño y despues desayunó su tazón de cereales de chocolate que tanto le gustaba. Tras marcharse su madre al trabajo, se duchó. Habían quedado alas 12. Eran las 11:30 y ella todavía estaba escogiendo la ropa que se iba a poner. Se preparó y se maquilló. Salió de casa y, como siempre, llegó al lugar donde habían quedado 10 minutos tarde. Él estaba allí, en un banco de un parquecito de las afueras, para que nadie los viese. Estaba demasiado nerviosa, no sabía como actuar, qué decir. Pero se fue acercando poco a poco a ese banco. Cuando la vio, corrió hacia ella y la abrazó. La abrazó fuerte, muy fuerte. En ese momento era la mujer mas feliz del mundo. Se sentía como en una nube. Temblaba tanto o más como cuando oía su voz por teléfono. Pero su nerviosismo acabó cuando él le dio un beso. Tras esto, pasaron el día juntos caminando por las calles más escondidas de la ciudad. Su sueño se había cumplido. Ya no pedía nada más.

No hay comentarios: