lunes, 1 de diciembre de 2008

Allí estaba él.



Cuando ella llegó al aeropuerto y desembarcó no se lo podía creer, se sentía rara, por fin iba a cumplir el sueño de su vida. Se paró en medio de la salida y miro hacia todos los lados esperando ver una cara que se le hiciese conocida, esa cara que deseara tener tantas veces delante, esa cara con la que soñara tantas noches, esperaba, simplemente, SU cara. Cada minuto que pasaba se le hacía eterno.. Su barriga no paraba de quejarse, sus manos ,que sostenían una pequeña maleta, estaban sudorosas, su corazón latía agitadamente. La gente pasaba rápidamente a su lado, gritando y corriendo de un lugar a otro pero ella estaba allí, inmóvil, esperando por fin ese encuentro tan maravilloso. Al fondo de aquella sala ,junto a una columna donde había un cartel con los próximos vuelos, apareció un hombre con una camiseta azul oscura, unos pantalones vaqueros más bien holgados, unas deportivas y una sudadera en la mano, tan alto ,o incluso más, de cómo se lo había imaginado. Desde el momento en que desvió la mirada hacia ese hombre, sabía perfectamente que se trataba de él. No sé como ni el porque, pero lo reconoció a algunos metros de distancia, quizá fuera por las miles de veces que se parara a mirar sus fotos horas y horas, o por ver sus videos una y otra vez. Poco a poco se iba acercando, él también la buscaba mirando por encima de toda la gente, esquivando las maletas y a las personas que tiraban de ellas. Subió la mirada y la vio a lo lejos, en su cara se dibujó una sonrisa nerviosa y atrevida a la vez, ella que no le quitaba ojo.. De repente notó su cara caliente y se puso toda colorada. Él paro en seco y se quedo mirando para ella, los dos sonrieron alegres y nerviosos, quizá ella más que él. La gente seguía pasando entre ellos, pero a ninguno parecía importarle ni lo más mínimo, ahora lo único que importaba era que por fin estaban uno frente al otro. Las miradas cada vez se iban haciendo más intensas, ella empezó a sudar ..estaba muy nerviosa, de repente tiró la maleta al suelo y echo a correr hacia él. Cuando llegó a su lado, él le miro a los ojos con una profunda mirada y le abrazó muy fuerte, tan fuerte que notaba como su corazón latía intensamente, ella le rodeó la cintura con sus brazos y él la pegó a su pecho. Por fin estaban juntos, después de tanto tiempo esperando este gran momento, el momento en que se pudieran ver cara a cara, el momento en que se pudieran abrazar, el momento en que se pudieran sentir cerca uno del otro, ese momento había llegado. Mientras él la rodeaba con sus fuertes brazos, ella cerró los ojos y sintió en su estómago un gran cosquilleo, pensó en todos aquellos momentos en los que daría todo por estar a su lado, por todos y cada uno de los días que pasaron desde que habló con él la primera vez. Ella soltó un hondo y fuerte suspiro, él la volvió a mirar a los ojos y le acarició despacio el pelo, luego le acarició sus mejillas coloradas, pero sin dejar de mirar sus verdes ojos ni un solo instante. Cuando sus ojos no dejaban de mirarla, ella bajo su mirada hacia el suelo, él le subió lentamente la cara agarrándola por el mentón y echó una leve carcajada. Poco a poco se fueron acercando, ella sentía su corazón a mil y su estómago no paraba de dar vueltas y más vueltas, sus cálidos alientos se iban cruzando y por fin sus labios se tocaron. Ese fue su primer beso, un beso que jamás olvidaría, un beso muy distinto a todos los anteriores, un beso que pensaba que nunca llegaría, un beso que esperaba durante años, un beso que empezó siendo tímido y que acabó siendo apasionado. Sin saberlo, de sus relucientes ojos llenos de alegría resbaló una pequeña lágrima, que sin duda era de felicidad aunque posiblemente también de nostalgia.

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